Anton es un médico danés con un enfoque idealista que se encuentra trabajando en un campo de refugiados en un país africano en conflicto. Su esposa y su hijo Elia permanecen en Dinamarca, donde el pequeño enfrenta maltrato por parte de sus compañeros en el colegio, lo que lo hace sentir solo y aislado. Sin embargo, la llegada de Christian, un niño huérfano que canaliza su dolor a través de la violencia, cambia las cosas; ambos chicos se identifican y se convierten en amigos. El inconveniente es que esta amistad se transforma en un peligroso juego de venganza y rabia, que no solo altera la vida de sus familias, sino que también lleva a Anton a replantear sus principios y convicciones.